Cuando la miel se almacena, empieza a cristalizar. La velocidad de cristalización depende del contenido de glucosa y de humedad de la miel. La miel con bajo contenido de glucosa cristaliza muy lentamente. En cambio, la miel con un alto contenido de glucosa cristaliza rápidamente; por ejemplo, la miel de colza, de diente de león o de frutas.